lunes, 19 de diciembre de 2011

Humildad...



Somos seres temporarios en este mundo. Cuanto tiempo viviremos en el? 100 años a lo sumo? Ni siquiera eso podemos asegurar, tal vez unos cuantos años menos, veinte? Moriremos a poco de nacer? No lo sabemos, somos humanos y como tales tal vez nuestra madre nos masacre dentro de su útero y no nos permita ver la luz del sol...Nada sabemos, de nada somos dueños.

El tener conocimiento de esta verdad debiera abrirnos los ojos acerca de muchas cosas: somos iguales y diferentes al mismo tiempo de todo y de todo.

Compartimos este planeta junto a otros seres creyéndonos los elegidos de Dios (lo escribo con mayúsculas por una cuestión de respeto). Si realmente fuera así el mundo sería una extensión del paraíso pero nada de eso es verdad. Hemos hecho de esta tierra el peor de los lugares, lo hemos devastado, contaminado y nuestro hábitat se ha convertido en un infierno para el resto de los seres vivos, pero como la justicia siempre llega, poco a poco va siendo un infierno para nosotros también.

Pero la esperanza es lo único que no se debe perder, al menos no me ocurre. Debemos comprender todos y cada uno de nosotros, que nuestro paso por la vida, fugaz y breve como es debe ser la herramienta con la cual forjemos un sentido de trascendencia al mismo.

Podemos hacer que todo sea mejor, podemos cuidar nuestra casa y la de todos.

Es sencillo, simplemente considerar que no somos fundamentales para nada, pero que cada acción es capaz de generar muchas cosas.

Tenemos que respetar toda forma de vida, colocarnos siempre en el lugar del otro, y cuando digo otro me refiero a cualquier ser vivo, por pequeño o miserable que algún necio lo pueda considerar.

Todo sufrimiento que causamos a otro de alguna manera lo causamos a nosotros mismos.

Debemos ser conscientes de nuestras capacidades y de la caducidad de nuestra vida intentando hacer el bien en cada uno de nuestros actos.

Cuando ayudamos a alguna criatura de la vida nos ayudamos a nosotros mismos.

No lo olvidemos jamás. No nos quedemos solo en palabras.

Que así sea.

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