jueves, 10 de diciembre de 2009

Victor Toncich (1932-2009)


Ayer, 09 de Diciembre de 2009 falleció en la ciudad de Quilmes, a la edad de 77 años Víctor Toncich, mi padre.
Todo lo que de él pueda decir es poco. Fué un hombre ejemplar, lleno de virtudes que para todos los que lo queríamos serán fuente inagotable de enseñanzas.
Desempeñó múltiples trabajos en su vida: desde ayudante de mecánico de autos, pasando por obrero textil hasta comerciante en el rubro de los lácteos. Y por que nó en una oportunidad subió a mano un sinnúmero de baldosas en una casa de varios pisos por escalera para conseguir esos pesos que tanta falta nos hacían.
Recuerdo su despertador eterno sonando todas las mañanas a las 3 y su andar silencioso hacia la calle para abordar su camión Bedford y salir a ganar el pan. Regresaba ya de noche, fatigado pero con la satisfacción del deber cumplido.
No supo lo que eran las vacaciones hasta que mi hermano y yo estábamos grandes.
Tal vez callado y poco demostrativo, supo darnos su afecto a su manera, jugando muchas veces bruscamente, pero era su manera, y siempre era bien recibida.
Buen esposo, buen padre, buen abuelo y sobre todo un gran amigo, desde mi punto de vista nada puede reprochársele, por el contrario, siempre le voy a estar agradecido ya que todo lo que soy se lo debo a él, desde mi existencia misma.
Ayer te fuiste papá y me dejaste una herida tremenda y un vacío que nunca voy a poder ni tampoco quiero llenar.
Fuiste mi amigo, compañero, compinche y hoy quiero decirte que estoy orgulloso de que seas mi padre, no pude haber tenido suerte mejor.
Siempre te recordaré y quiero que sepas que estés donde estés tu luz siempre me iluminará y protegerá, serás mi ejemplo de vida y haré todo lo posible para que siempre estés orgulloso de mí.
Gracias por todo lo que hiciste por nosotros papá. Vivirás por siempre en mi corazón.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Insomnio

Desperté ese día con una sensación extraña, eran las tres y media de la mañana y suponía equivocadamente que era la hora en que habitualmente salgo de mi lecho.
Salí presuroso y en silencio de mi alcoba y me dirigí a la habitación principal, aún obnubilado y no muy convencido de lo que hacía. En ese trayecto sólo el crujir del piso de madera bajo mis pies se atrevía a contradecir al silencio de la noche. Inmediatamente, una luz me sacó de mi letargo, blanca y extraña, invadiendo la habitación, concentrándose bajo la ventana como un haz mucho más potente que orginaba los claroscuros en los que me hallaba en esos momentos.
Me aproximé a ella llegando al pie de la ventana, y sin dudarlo miré hacia arriba y la vi, era la luna, rodeada por algunas estrellas; saqué mi cabeza para observar mejor y me encontré bañado en ese blanco manto luminoso, rodeado por el verde fantasmal de mis geranios.
No podría definir cuanto tiempo estuve así, inclinado sobre mi ventana, inmerso en ese frío de la noche, que parecía esterilizar el aire que entraba sin pedir permiso.
El silencio era casi absoluto, y sólo el tic-tac del reloj de péndulo me conectaba con el mundo real y me recordaba que todo seguía su curso habitual.
No obstante eso, no me privé de ese espectáculo y allí estuve hasta que la luna, siguiendo su derrotero cotidiano, me dejó nuevamente solo. Casi sin darme cuenta, un rumor lejano iba apareciendo, era la ciudad que poco a poco comenzaba a despertar.
El presente texto fué escrito el 24 de Julio del año 2002 a las 03:30 minutos.
La ilustración es una acuarela del autor.

sábado, 3 de octubre de 2009

Estación Colegiales



No puedo encontrar una explicación lógica, pero siempre, al pasar por el mismo lugar, me doy cuenta de que estoy allí. Es curioso, porque minutos antes viajo como perdido, ensimismado en quién sabe que pensamientos: el ruido del tren, la gente, el viento en mi cara; pero al llegar allí se que allí estoy.
Afuera la noche es distinta, particular, como si fuera otro mundo, con una magia que no sé definir. A veces pienso que esa magia la dá la velocidad a la que pasa ese escenario ante mis ojos y el saber que no puedo entrar a él; lo que dura menos de un minuto pero siempre estoy dispuesto a ver.
No parece creíble que tan sólo las horas, en su lento transcurrir,sean capaces de transformar esa magia, esa imagen en algo tan real y palpable como rutinario. Tal es así que es difícil saber si es o no un sueño. Es sabido que los sueños son breves y como de ellos, también salgo de él cuando las luces de la próxima estación me hacen volver a la realidad.
(el presente artículo fué publicado en aves-urbanas, recuperado del mismo y republicado en doctortoncich)

jueves, 24 de septiembre de 2009

Basta por favor...



Acabo de ver en la televisión una nota acerca de las palomas y lo nocivo que resultan en la ciudad, condimentado esto con algunos reportajes y mostrando como una anciana las alimenta generando trastornos en la circulación peatonal.


Entre otras cosas se acusa a estos animalitos de transmitir más de 40 enfermedades, dañar los edificios públicos y un sinfín de "delitos biológicos" llamando yo esto así al daño que hacen por el solo hecho de existir, existir con el mismo derecho que existimos nosotros y cualquier especie viviente.


Lejos estoy yo de negar la transmisión de las enfermedades por parte de los animales, sería un mal médico si lo hago porque es una realidad absoluta, pero que existe desde siempre. Y si nos ponemos a analizar más en profundidad, cualquier especie animal trasmite enfermedades.


Decimos que tal o cual animal es dañino y lo repetimos sin discutir.


Pero si los animales extinguidos reaparecieran (y no me refiero a los dinosaurios, sino a todas las especies que desaparecieron en el siglo pasado, fruto de la acción del hombre, como dicen algunos el rey de la creación por medio de su inconsciente, cruel, salvaje y despiadada acción predadora) y pudiesen hablar, no dirían que el hombre les ha sido dañino?


No somos el centro de la creación. Cuando lo terminaremos de entender? Cuando ya no quede rastro de vida en el planeta y empecemos a devorarnos entre nosotros?


Los animales son nuestros compañeros en el camino de la vida, solo que tienen otro cuerpo, una forma de expresión diferente y tal vez eso poco quiera decir, acaso no comen como nosotros, no se reproducen sexualmente, no nacen y mueren, no tienen madre y padre?


Nadie, absolutamente nadie los puso en la tierra para que nos sirvamos de ellos, solo lo hacemos porque nuestra inteligencia nos lo permite, que es básicamente diferente.


Por las dudas, usemos esa inteligencia para protegerlos (nobleza obliga) y si nuestros hábitos alimentarios nos indican tener que sacrificarlos hagámoslo con la mayor dignidad posible hacia ellos, no perdiendo de vista la idea que no nos gustaría estar en el lugar de ellos.


Al mirar la pared del frente de mi casa, pintada con aerosol, no imagino a las palomas como los autores materiales.


Y profundizando algo más: los animales tampoco hacen la guerra, no matan por placer ni por dinero, no secuestran, no violan, no roban.


Respetemos toda forma de vida sobre la tierra.


Y mientras tanto, ocupémonos de lo importante y dejemos los animales en paz.

lunes, 31 de agosto de 2009

¿Porqué "doctortoncich"?


Se me ocurrió pensar que alguien podría pensar la causa por la cual elegí un nombre tan particular para nominar un blog, por tanto decidí explicarlo. Alguien una vez desde el abismo de su autoestima me insinuó dueño de un cierto grado de pedantería pero ese no es el caso sino que los motivos de mi elección son por cierto bien diferentes.

doctortoncich son las dos palabras unidas en una sola que pronuncio en la rapidez de mi hablar cada vez que me presento frente a un paciente al ingresar en su habitación del hospital o cuando ellos ingresan a mi consultorio.

doctortoncich es la palabra que pronuncio al mismo tiempo que estrecho sus manos ratificando el inicio de la relación médico-paciente, el momento clave en que tomo contacto con su persona, sus dolores y angustias para intentar darle lo mejor de mí.

doctortoncich representa no solo todos mis esfuerzos, sino también todos los sacrificios realizados por mis abuelos y mi padre, manejando tractores en el campo alla por principios del siglo pasado, trabajando en una aceitera en Wilde, o repartiendo millones de litros de leche por los almacenes de Quilmes durante madrugadas interminables que no sabían de cansancio, frío o lluvia así como el de mis abuelas y mi madre que les dieron todo el apoyo, amor y sostén necesarios que ellos necesitaban, así como hoy yo recibo todo el necesario de la madre de mis hijas.

doctortoncich refleja también el deseo de mi padre realizado en mí, el quería que estudiara para que "sea alguien", hoy sé que eso no es tan así, que uno "es alguien" sin necesidad de estudiar, pero en fin, esa era su ilusión y la vió cumplida, creía en el sueño de "m'hijo el dotor" y se le hizo realidad.

doctortoncich es finalmente un ejemplo para mis hijos, de que con esfuerzo, dedicación, y creyendo en el objetivo que perseguimos, poniendo todo en él, casi todo es posible.

martes, 28 de julio de 2009

El alcohol en gel remueve todo tipo de basura


Viajo en el subte, frente a mí, una mamá encantadora con dos de sus hijas, la menor de ellas en un cochecito, la mayor, sentada a su diestra. Cada tanto las observo, pensando en la ternura de la escena, rememorando la sensibilidad y dulzura femenina, la protección maternal y todas esas ideas que nos puede inspirar una visión como la que tengo ante mis ojos.

De pronto, se oye la voz de un niño que pasa vendiendo a dos pesos la unidad, paquetitos con gomitas para el pelo de múltiples colores.

Para mi sorpresa, la señora en cuestión toma de muy mala gana el objeto que se le ofrece, lo que me llama poderosamente la atención (el vendedor es un niño, la señora es una madre, por lógica yo creo que debiera pensar en las desventuras infantiles, en padres con dificultades, etc, etc).

Pasan un par de minutos, la niña sentada a su derecha intenta tomar el envoltorio con las gomitas para poderlas observar mejor.

La mamá se ofusca y grita:- No toques!! No ves que lo tenía ese nene!! Andá a saber que tiene!!

Mis ojos comienzan a abrirse y mi mente no da cuenta de lo que percibe...pero hay más.

Prosigue: -Dame el alcohol en gel! Rápido, buscalo! No, en ese bolsillo no, en el otrooo te dijeee!

Y presurosas comienzan a friccionar entre sus manos la sustancia milagrosa pensando liberarse con ello de todos los males a los que ha sido condenada la humanidad.

Luego regresa el infante recogiendo sus paquetitos o algún generoso óbolo, pero solo recibe una mirada de desdén desde las alturas de la superioridad sanitaria de una madre que se cree a salvo.

El vendedorcillo recoge toda su mercadería y se aleja con su circunstancia.

Yo empiezo a pensar luego de ver tan patética escena: ¿ De qué quiere protegerse la señora? ¿Del virus A (H1N1)? ¿De su temor a las diferencias? ¿De las culpas que podríamos tener por las desigualdades sociales? ¿O es que su aceptado por la gente miedo a enfermarse encubre justificadamente su desprecio por el prójimo y el egoísmo que su religión probablemente le perdone más adelante? Me acordé de un tal Pilatos...

Pasando a otro aspecto del mismo tema; el virus de la gripe A trajo dos actores de moda que fueron los protagonistas principales de esta tragicomedia nacional: el alcohol en gel y los barbijos.

Ambos fueron objeto de aumentos terribles e injustificados de precios, venta (como informaron los medios gráficos y radiales) posible de adulteraciones del primero, acaparación y reventa de los mismos, en fin, todo tipo de barbaridades que al comenzar a disminuír el miedo a enfermar fueron mermando también, para desesperanza de muchos vivillos que ven atrofiarse un nuevo medio de obtener pingues ganancias a costa de la ignorancia, el egoísmo y la inocencia de la gente, porque para mí no es más que eso.

También intuyo que muchos dejaron los barbijos cuando se empezó a escuchar que su uso no era eficaz para evitar contagiarse, pero sí para no contagiar uno al resto; resulta claro: ¿voy a gastar dinero para proteger al resto? la dejo picando...

En lo personal, no he usado barbijos y alcohol en gel más que para cumplir con normas obligatorias del hospital. No he resignado mi sonrisa como un medio de comunicación interhumano, y el contacto con la gente me sigue agradando. Con lavarse las manos, toser tapándose según nos enseñaron nuestros padres y las primeras maestras alcanza.

El resto es puro negocio.

El alcohol en gel no solo destruye al virus de la gripe, también remueve y saca a la luz la basura y las miserias humanas.