
En la entrada anterior denunciaba el tráfico ilegal de animales y el trato brutal al que estaban sometidos. Lamentablemente no pude tener oportunidad ese día de obtener una foto y la que acompañaba al texto no era representativa de lo que se podía leer.
Hoy acompaño una fotografía que pretende aproximarse a la infamia que describí.
Creo que basta observar esta foto para que si queremos a los animales, sentir un poco en nuestro propio cuerpo de lo que sienten estos pobres seres abandonados a su suerte.
Nada más que decir...
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